jueves, 21 de agosto de 2008

Hunging on

Un calor denso se adhiere a mi piel.
Me enmudece atroz la violencia animal que me licua.
Me noto palpitar.
El atronador ritmo del bombear de mis fluidos.
Un dolor eléctrico y tribal.
Vuelvo a mirar. Sigues en el mismo sitio, sin apenas moverte, sin apenas respirar.
Tenso los músculos. Un espasmo brutal me paraliza, me laten las sienes. Acecho.
Deslizándome, sudando, encadenando broncos latidos que arrogantes se desbocan
me acerco despacio, me aproximo expectante, ruin.
Me yuxtapongo ágil, dejo que mi peso te venza, serpenteo, me restriego babeando, relamiéndome.
Me estrecho en tu cuerpo, buscando la caricia de tus esquinas, el aguijoneo de tu cadera, tus curvas huecas.
Me adhiero, repto, te recorro suave con las puntas de los dedos, de la lengua, resbalando por tu piel. Invadiendo.
El cuerpo erizado duele tenso.
Te cubro con mi sucia urgencia, me acaricio en ti, te saboreo.
Me anudo con tus miembros, procaz, irracional,
me provoco en tu indefensión, me induzco en tu ultraje.
Oprimo con la rigidez, con la inflamación de mi carne tu carne.
Te acaricio con ella, te beso con sus fluidos y me masturbo feroz en tu piel.
Implacable te desmiembro a mi antojo, me abro paso, pulso con furia tu estrechez dormida, me sirvo brutal, cruel, forzando tu inconsciencia.
Tiemblo ante tu mudo desvelo.
Me estremezco entre descargas buscando tu oquedad con mis bordes afilados, animal tropiezo en tu contracto pudor.
Te limito, te fijo, me impregno, te impregno de mí y accedo déspota.
Y someto, someto bailando oscilaciones, balanceos.
Me engulles,
mártir me estrangulas asfixiándome en tu carne.
Me inunda la estrechez de tu abrazo, la entereza de tus músculos inermes.
Embisto demente, forzando subordino contracciones y las hago mías.
El delirio es irreal, el claustro que me ofrendas se doblega acuoso.
Convulsiono sin aire. Vibro.
El ansia obscena asciende, oprime mis latidos.
Una contorsión frenética me posee, te agarro con fuerza, me fundo en ti, dividiéndote, doblegándote, baboseándote con insolencia.
Me cuelo hasta tus entrañas rugiendo que palpitan ardientes al ritmo de mi apremio.
Con servicial rabia me follas inerte,
te desvalijo, te asedio, te disfruto…
Da igual que no te muevas, da igual que no respires
Reviento en tus entrañas, exploto.


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