jueves, 20 de marzo de 2008

Arrebato

De entre mil sonrisas se me escapa un insignificante espasmo colonial
que hace brotar ríos secos como eructos insondables.
De rabietón salto disparada,
me enfado con la presencia inesperada que eclipsa mi no lucidez
y maldigo mis exiguas oscilaciones exánimes.
Embisto agujetas de colores y me deshago del asunto sin mirar atrás,
voy cerrando puertas.

Y soy yo la que ha de levantarse e irse para evitar el movimiento de masas,
absorbo al respirar y vomito ira…
No hay intervalos variables, ni cúmulos ficticios…
si acaso algo de salvaje energía emulsiva que vierto entre razón y demencia…
Al final lo de siempre,
un montón de sangre seca… y un besazo de carmín en el cuello…
ah!!, y el hongo atómico,
que con el arrebato no concedí treguas y pulse sin más el botón.
Maravilloso, si aparte de mi juicio, sólo se daña algún color.


miércoles, 19 de marzo de 2008

De paseo

Desconocido páramo creo recorrer angosta,
requiebro afilado,
sinuosa senda viscosa y agridulce se abre paso a través de mi,
me divide,
incitándome a recorrer con una sonrisa ciega
un camino que no existe.
Someto irracional el miedo sibilino
que azorable lanza punzadas de un odio
que se enrosca en espiral sobre mi pecho
y camino despacio, herida,
hacia ningún lugar
alimentándome de un dolor miserable y hondo
que sólo me deja ver miedos ocultos en simas profundas y remotas.
Miedos que me arrastran por el suelo de los pelos,
que me agraden furiosos y poco a poco me dominan
sometiendo mi razón hasta matarla.

martes, 18 de marzo de 2008

Sumisión

En dos o tres horas resuelvo un paradigma o más
y desplazo sin querer horas muertas hacia un remoto
éxtasis contemplativo.
Ando desconcertada entre ruinas mudas
alejándome del foráneo pesar que disuelve tu inherencia
y me doy de bruces con la amarga sabia de tu dolor.

Te beso despacito por si puedo silenciar las voces que te ahogan,
que te dejan envarada en nubes de metal,
lacerantes y remotas,
vagas e imprecisas…
más no te redimo de tu suplicio impuesto
y extravío algún torpe registro.

Entre intersecciones me descubro profana y lívida,
mecida por un desconsuelo amargo que me usurpa la cordura.
Emergen destellos y fluidos
limitados por vestigios acuosos de imágenes nonatas
que van confiriendo cordura a mi flexión.
Atestiguo nuestro absurdo y lo nutro de benevolencia insana
infectada por tu esencia depravada y burlona…

Y me rindo ante tu furia,
me subyugo a tu imprudencia

mmmmhhhhhhhh!!!!!!!!!! me disipo en mi propia irreflexión
y concibo sin querer un nuevo axioma
que me vomita el aire y me guiña un ojo….

lunes, 17 de marzo de 2008

Acecho

El ojo inflamado, anunciando que si doy un paso más
se me sale de la orbita
y entonces,
ya si que no quedará nada.

Entre trazos desleales pierdo la fuerza que me desnutre
en daguerrotipos de desoladas y pálidas letanías
abriéndose paso ante mis atónitas manos
que los surten de vida y les enseñan a los seres cuaternarios
que una vez más,
es mejor el descanso de la inconexa mediatización
de formas rituales al acecho.

Acecho llama mi sangre al ataque inesperado de tentáculos vitriosos
que sin piedad ni memoria
azotan los vientos que dan movimiento calmo a mi deambular,
y turbada ahora, al cambiar súbito mi tránsito vago,
ominosa me devuelve la figura obsoleta y clamorosa
el espejo anciano que siempre me resta claridad.

Afilado cierro el único ojo que ve claro
y peco orgullosa de vanidades innatas
impresas en lágrimas cobardes que no sé bien como secar.

Y aunque me oigo aullar sin descanso
lacerantes mis gestos de ultrajada heroína
por la fuerza y astucia de la bestia acosada enamorada de odio
impasible derramo autocastigos que no me convencen.

Me miro en tus ojos y corro a salvarme.

domingo, 16 de marzo de 2008

Absolución

He ahorcado a mi inocencia.
Su orgullo adolecido aún voraz no impide que se mee encima,
su belleza efímera, expira con los últimos latidos suplicantes
perdida entre flujos corporales viscosos y detritos.
La he visto patalear rabiosa e indefensa hasta morir,
parecía más humana que yo,
en su rostro desfigurado leo un pánico sumiso y crudo
que me arde entre las piernas…

Le he cortado el cuello a mi ilusión,
la colgué de un semáforo ciego
y vi como se desangraba incrédula,
borboteando nerviosa,
vi el dolor brillar muy cerca,
se fue apagando velado tras su mísero destino.

Abro la caja y esta vacía.

viernes, 14 de marzo de 2008

Fe En El Caos (psicotropía)

Aun no sé si debiera quedarme sólo como un sueño
y no pasar nunca a ser real en tu percepción,
no me salen las palabras cuando te siento y pienso que quizás debiera ser un cómic de portada lunática...
Qué difícil a veces coser un botón con alicates grises,
se me dobla la aguja y me sale un moratón en el brazo,
otro más.
Si le doy cuerda a mi branquia puedo arrastrarme y respirar,
pero a veces no tengo manos y el despertador no ruge nunca,
ando pues sin tiempo,
y no se bien como soltar el muelle que me bambolea los guantes,
por si acaso me quito las gafas, acostumbrada a la niebla...
Sin darme cuenta me encuentro dando pasos al revés
por un camino deshecho e irreconocible,
intento saltar a un lado pero choco contra un cristal invisible,
me parto una ceja y
se produce un desorden molecular en mi materia,
que me transporta al núcleo mismo de mi entropía.
Y ya no necesito más,
vuelvo al mismo lugar de donde venía, vengo, vendré...

Ahora si que lo noto...

jueves, 13 de marzo de 2008

Psicopatología del delirio

No me acostumbro al dolor,
ni al palpito angustioso del circular de mi sangre
o al entrecortado boqueo que desnutre mis pulmones.

No me acostumbro al dolor,
ni al opresor rigor mortis de mi cadáver aún con vida.

Mi reino esta inerme y vencido, envenenado,
como todo mi ser
que se retuerce indefenso ante el cruel ataque
de una absurda realidad,
un sueño de humo, fatuo,
un ojo ciego,
un sufrimiento largo y lento, en vano.

Me entierro en vida y amargas pesadillas me impiden morir,
me abofetea la rabia, se alimenta de mi misma,
me hiere de humillación, me mira soberbia
y me escupe a la cara una culpa que me pertenece,
inhumada por mi propio miedo.

Me sé vencida

miércoles, 12 de marzo de 2008

Trastorno

Miro hacia atrás y sólo veo estatuas de plata
luciendo con todo su esplendor y magnificencia de fugaz diapositiva.
Feroz.
Un bombardeo incesante, ciego, doloroso y gris
que escuece con cada breve delirio acuoso que escupe mi mente.
TraSTORNO en transparencias,
cada vez más desoladas,
cada vez más irrisorias y locuaces,
desvelando secretos vanos,
resolutos,
entreabriendo ignotas sendas con sigilo impenetrable y firme,
dando forma a alguna clase de locura encubierta con ánimo cortes
para los recuerdos que se cuelan sigilosos destruir.

La ceremonia me produce arcadas sucias,
ponzoña venenosa rezuma,
serpentea tras el vomito atroz de confesas vanidades
y me aturde con indiferencia.
Crueles calambres desordenados, nudos desgarrados, sucios,
me retuercen las entrañas
que aprisionan vehementes una furia enloquecida y desigual.
Apenas inhalo desdeñoso un aire irritado y seco
que se abre paso furioso a golpe de falsa sonrisa,
que penetra en mis pulmones enfermos de ficción dichosa,
que me retuerce en espasmo grotesco
y me obliga vencida a mirarme y fluir.
Se me hace insoportable pues esbozar una sonrisa.

Un miedo esponjoso y glotón se desliza despacito por mi espalda,
me eriza de horror la conciencia,
me grita cuando llega al oído certezas olvidadas en su reino,
me abofetea con la verdad más penosa y amarga,
me escupe toda mi autocompasión
mi dolor cobarde, mi soledad tangible,
mi estupidez sumisa, mi irrealidad.


Y me parte en dos un dolor cochino y traicionero,
me divide obsceno relamiéndose triunfante,
felicitándome por mi naufragio


viernes, 7 de marzo de 2008

Todo lo aprendido es erróneo

Me canso de sonreír con mi sonrisa muerta
con los ojos hinchados y bermejos ciegos
con las manos delirantes y sometidas,
atadas huecas
que deshilvanadas tejen rugidos a mi espalda.

Me canso de la invasión penosa de sentimientos ahogados,
de pisotear enferma creencias falsas y latidos que aúllan al respirar,
de revolver incierta mi pequeño cajón desastre y sólo encontrar cristales rotos
que devoran mi pútrido intelecto para hacerlo desertar.

Me canso de escucharme sin descanso maldiciendo cárceles de papel
que tiranizan la realidad de mis sueños inducidos,
sueños apócrifos de un cadáver
que inconsciente aún grita:
todo es mentira!!!
mientras riega con bilis de sus entrañas
el rostro que un día amó
y araña con sus huesudos dedos
un cuerpo que ya ni reconoce

Me canso,
cegada por un dolor palpitante la razón enferma,
de buscar respuestas que no existen a preguntas desquiciadas.

Me canso de fabricar sueños etéreos y dulzones
como reflejos inanimados de lúgubres danzas huecas.
Se tambalea la fe ciega que se pudre y descompone como un óbito viscoso.

Todo lo aprendido es erróneo.